Baste saber que las derivas se habían iniciado tiempo atrás. Lentamente, la acumulación de datos, situaciones y circunstancias habían generado una serie de rápidos desplazamientos sin rumbo fijo. Continuidad y discontinuidad en las
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domingo, 17 de junio de 2012

Islas en el frío Sur



Vuelvo finalmente de mi largo viaje austral, desde las frías aguas más allá de la Cruz del Sur, donde las fuertes corrientes me hundían ora en la realidad, ora en la ficción, ora en la epopeya de la Historia, ora en la maravilla inaprehensible de la Geografía y la Naturaleza.


* UNO/ _____________________________________________________________
(Vista antártica desde el estrecho de McMurdo, acuarela de W.A.Wilson)


A los pies del Monte Erebus, en la gélida y antaño desolada Isla de Ross, he compartido El peor viaje del Mundo junto a Bowers, Evans, Wilson, Oates y el resto de locos de Scott. Hemos subido juntos la Gran Barrera más allá del McMurdo, caminado en la noche polar hasta el inhóspito Cabo Crozier, acampado en las entrañas del Glaciar Beardmore a las puertas de la meseta polar... Un siglo después ando con ellos y lo hago cogido de la fría mano de la culpa, asido a la pluma que Apsley Cherry-Garrard me tiende firmemente. Duro es el relato, duros son sus días y sus noches, si bien tanto sufrimiento es premiado con la áspera lucidez que sólo se obtiene gracias al agotamiento. Estuve bien acompañado entre rudos amigos, caballeros de otra época.

"... los lujos de la civilización satisfacen únicamente las carencias que ellos mismos crean"
(El peor viaje del mundo)




** DOS 2 / _____________________________________________________________

Pero no toda mi particular exploración se ha circunscrito al continente austral. De camino, la derrota del navío Terra Nova hacia latitudes polares me había hecho otear parajes desolados en el horizonte atlántico. Caprichos orográficos, apenas imposibles bromas cartográficas aisladas en la inmensidad del océano. Breves paradas en el archipiélago brasileño de Trinidade e Martim Vaz y en las islas de soberanía británica de Tristan da Cunha, acaso el paraje habitado más alejado de cualquier otro.
Vista de la isla de Trinidad, donde se aprovisionaron los tripulantes del Terranova el 25 de julio de 1910.
En esta vista aérea de la isla de Tristán de Acunha se aprecia su origen volcánico.


*** TRES 3/ _____________________________________________________________


"...el paisatge que un home veu, ulls enfora, acostuma a ser el reflex del que amaga, ulls endins."
(La pell freda, Albert Sánchez Piñol)


Al fin, la prensa diaria me descubrió la novela de este escritor barcelonés, que próximamente será adaptada al cine con buenas perspectivas de márquetin. La mirada de este antropólogo nos propone una interesante narración fantástica, oscuramente onírica, siempre sugerente. Urdiendo una densa trama de terror y dando rienda suelta a las pasiones más atávicas, los personajes de Sánchez Piñol cohabitan en una ficticia y minúscula isla a las puertas del círculo polar antártico. Nuevamente me hallo en otra inhóspita isla bañada por las frías aguas del lejano sur oceánico... Esta vez mis compañeros son literarios, ya no científicos exploradores románticos. Así, junto a Aneris la sirena, los citauca acuáticos, el colega farero Battís Caffó y el nuevo oficial atmosférico irlandés finalizo mi viaje por latitudes australes.






Mucho ha cambiado el viajero desde que partiera, tanto que bien pudiera decirse que éste que aquí escribe poco o nada guarda ya de aquel que echara a andar. Así suele ser cuando el periplo se alarga y la memoria se desvanece.


Para seguir derivando: