Alta puerta y antigua sala de estudio (1) |
La alta puerta, como días antes la alta bóveda gótica, delimitaban mucho más que un espacio... Al entrar en la estancia volvió a sentir aquella extraña sensación de vértigo, la inquietud ante la senda que se adivina tras cada recodo de conocimiento y desconocimiento. La antigua intuición del poeta ciego le atrapó poderosamente, y en su interior sintió la preexistencia de la Biblioteca de Babel... Tras la puerta un laberinto eterno que transitar, como antaño y por primera vez, solo y junto a otras generaciones de hombres, presentes, ausentes, cercanos, distantes... Halló vestigio y olvido tras aquella puerta, en aquella gran sala.
"Bienvenido al hogar, caminante que regresas poco importa si joven o viejo, si vivo o muerto... encontrarte en la pérdida es tu oportunidad "
Grans arcs ogivals de la Sala de Llevant (2) |
"El universo (que otros llaman la Biblioteca) se componte de un número
indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de
ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier
hexágono se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La
distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos
anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de
los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres
da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a
todas. A izquierda y a derecha del zaguán hay dos gabinetes minúsculos. Uno
permite dormir de pie; otro, satisfacer las necesidades finales. Por ahí pasa la
escalera espiral, que se abisma y se eleva hacia lo remoto..."
(1) |
"...Cuando se proclamó que la Biblioteca abarcaba todos los libros, la primera
impresión fue de extravagante felicidad. Todos los hombres se sintieron señores
de un tesoro intacto y secreto. No había problema personal o mundial cuya
elocuente solución no existiera: en algún hexágono. El universo estaba
justificado, el universo bruscamente usurpó las dimensiones ilimitadas de la
esperanza. En aquel tiempo se habló mucho de las Vindicaciones: libros de
apología y de profecía, que para siempre vindicaban los actos de cada hombre del
universo y guardaban arcanos prodigiosos para su porvenir. Miles de codiciosos
abandonaron el dulce hexágono natal y se lanzaron escaleras arriba, urgidos por
el vano propósito de encontrar su Vindicación. Esos peregrinos disputaban en los
corredores estrechos, proferían oscuras maldiciones, se estrangulaban en las
escaleras divinas, arrojaban los libros engañosos al fondo de los túneles,
morían despeñados por los hombres de regiones remotas. Otros se enloquecieron...
Las Vindicaciones existen (yo he visto dos que se refieren a personas del
porvenir, a personas acaso no imaginarias) pero los buscadores no recordaban que
la posibilidad de que un hombre encuentre la suya, o alguna pérfida variación de
la suya, es computable en cero..."
(1) |
"...Otros, inversamente, creyeron que lo primordial era eliminar las obras inútiles. Invadían los hexágonos, exhibían credenciales no siempre falsas, hojeaban con fastidio un volumen y condenaban anaqueles enteros: a su furor higiénico, ascético, se debe la insensata perdición de millones de libros. Su nombre es execrado, pero quienes deploran los «tesoros» que su frenesí destruyó, negligen dos hechos notorios. Uno: la Biblioteca es tan enorme que toda reducción de origen humano resulta infinitesimal. Otro: cada ejemplar es único, irreemplazable, pero (como la Biblioteca es total) hay siempre varios centenares de miles de facsímiles imperfectos: de obras que no difieren sino por una letra o por una coma. Contra la opinión general, me atrevo a suponer que las consecuencias de las depredaciones cometidas por los Purificadores, han sido exageradas por el horror que esos fanáticos provocaron. Los urgía el delirio de conquistar los libros del Hexágono Carmesí: libros de formato menor que los naturales; omnipotentes, ilustrados y mágicos..."
"...La escritura metódica me distrae de la presente condición de los hombres. La
certidumbre de que todo está escrito nos anula o nos afantasma. Yo conozco
distritos en que los jóvenes se prosternan ante los libros y besan con barbarie
las páginas, pero no saben descifrar una sola letra. Las epidemias, las
discordias heréticas, las peregrinaciones que inevitablemente degeneran en
bandolerismo, han diezmado la población. Creo haber mencionado los suicidios,
cada año más frecuentes. Quizá me engañen la vejez y el temor, pero sospecho que
la especie humana - la única - está por extinguirse y que la Biblioteca
perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de
volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta..."
"...Acabo de escribir infinita. No he interpolado ese adjetivo por una costumbre
retórica; digo que no es ilógico pensar que el mundo es infinito. Quienes lo
juzgan limitado, postulan que en lugares remotos los corredores y escaleras y
hexágonos pueden inconcebiblemente cesar, lo cual es absurdo. Quienes la
imaginan sin límites, olvidan que los tiene el número posible de libros. Yo me
atrevo a insinuar esta solución del antiguo problema: La biblioteca es ilimitada
y periódica. Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección,
comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el
mismo desorden (que, repetido, sería un orden: el Orden). Mi soledad se alegra
con esa elegante esperanza..."
Mis andanzas me llevan de nuevo a mis antiguas bibliotecas, y no debe de ser casualidad. Tardé en entender que si no podía llevármelas a casa, si podía volver a volver:
- Fotos ( tal cual o tratadas): antigua Biblioteca Can Castells de Sant Boi, desde el 2005 Centre d'Art Can Castells (1) y Biblioteca de Catalunya, hasta 1939 Hospital de la Santa Creu de Barcelona (2). By Xescomon.
- Delirio by Xescomon.
- Texto Jorge Luis Borges, La Biblioteca de Babel (Ficciones, 1944). Para seguir derivando por la Biblioteca de Babel: