Pasos tolkienitas

«Me recuerda mucho a Bilbo en los últimos años, antes que partiera.
Decía a menudo que solo había un camino y que era como un río caudaloso;
nacía en el umbral de todas las puertas, y todos los senderos eran ríos tributarios.
"Es muy peligroso, Frodo, cruzar la puerta", solía decirme.
"Vas hacia el Camino, y si no cuidas tus pasos no sabes hacia donde te arrastrarán"»

(La Comunidad del Anillo, Libro Primero, Tres es compañía)

Las semanas de confinamiento forzado tras la puerta de nuestra casa nos han permitido la puesta en marcha de este proyecto compartido, junto a mi pequeño Bruno. Ratos de lectura y emoción, expresión e ilusión creativa. Paso a paso, texto a texto, imagen a imagen. Senderos de aventura que iremos ordenando aquí, según nos surjan las motivaciones:

 

9.- Torech Ungol

Entramos en el antro de Ella-Laraña, en Ephel Dúath, en las Montañas de la Sombra.

8.- Escuchar bien a la bestia

 El Gran Gusano Smaug, de dientes y lengua afilada

7.- La Torre de Guardia

 La capital del reino de Gondor siempre orgullosa ante Mordor

6.- El hombre de la luna en el Poney Pisador

Una cancioncilla en el corazón de las Tierras de Bree:

"A la jiga-jiga, el gato y el violín, la vaca saltó sobre la Luna;

el perrito reía viendo tales sucesos, y el plato huyó con la cuchara."

5.- Acertijos en las tinieblas

Se encontraron en la orilla de un profundo, ancho y helado lago subterráneo,

allí donde las cavernosas entrañas de las Montañas Nubladas  

4.- El último discurso del Bolsón

El 22 de septiembre era el cumpleaños de Bilbo y de Frodo 

3.- Tom Bombandilló

Habitaba en lo más profundo del Bosque Viejo

2.- Encuentro en Khazad-dûm

Gandalf el Gris y el Balrog se encuentran en la Mina del Enano

1.- La morada de un hobbit

 En 1937 Tolkien publicó un cuento que explicaba a sus hijos pequeños. Empieza así...

***

Y un día como cualquier otro, sin más, llegó la Gran Parada. Y hubimos de desatender tantas cosas, que sólo así atinamos a valorar aquel nuevo tiempo calmoso que tan a nuestro pesar nos era dado disfrutar. Y tras el desasosiego inicial ensayamos, y acertamos cómo detenernos. Así fue que nos adentramos despreocupados en la Tierra Media, sin más pasos que cuidar que aquellos que trazar juntos y felizmente.